CAMBIOS POSTURALES Y TRANSFERENCIAS
Introducción:
Actualmente en nuestra sociedad las formaciones académicas relacionadas con el cuidado y manejo de personas enfermas centran más la preparación de los futuros profesionales en aspectos técnicos del tratamiento de los pacientes, dejando de lado materias básicas esenciales a las que debería darse una mayor importancia como, por ejemplo, las técnicas de movilización y transferencia.
En el caso de profesionales que no están lo suficientemente preparados y cuyo entorno de trabajo está mal adaptado a la fisiología humana, estas técnicas de movilización y transferencia van a suponer un riesgo muy importante de accidentes, destacando los trastornos musculo-esqueléticos de origen laboral que con el paso del tiempo pueden conducir a una patología invalidante con la consiguiente disminución del potencial físico del profesional.
Por tanto, en el caso de los/as fisioterapeutas, profesionales sanitarios que por su formación y conocimientos intervienen ofreciendo soluciones biomecánicas y ergonómicas para prevenir o controlar lesiones del sistema musculo-esquelético, resulta contradictorio saber que también son susceptibles a sufrir este tipo de lesiones derivadas de su ocupación, debido a una inadecuada higiene postural o por factores de riesgo ergonómicos que provienen del trabajo repetitivo y la labor física intensa.
Por ello, resulta imprescindible recomendar medidas preventivas a lo largo de los años de formación de los/as Fisioterapeutas, a fin de que los futuros profesionales puedan ejecutar las competencias propias del ejercicio con eficiencia-eficacia, efectividad y sin discapacidad.
Es importante que el fisioterapeuta recuerde la diferencia entre una movilización y una transferencia, así como el riesgo o esfuerzo que supone cada una de estas actividades al llevarlas a cabo.
Movilización: movimiento que se realiza sobre una misma superficie implicando cambios de posición o de situación, por ejemplo: girarse en la cama.
Pueden ser de dos tipos:
- Activas: son aquellas que puede realizar el paciente por sí mismo, bajo la supervisión de un profesional sanitario. En ella se mueven tanto articulaciones como grupos musculares o zonas corporales. Para su realización pueden emplearse distintos dispositivos, tales como pesas, poleas, etc.
- Pasivas: en este caso las movilizaciones son realizadas por el profesional en los distintos segmentos corporales. Se aplican en pacientes que no pueden realizar esfuerzo.
Transferencia: movimiento que se realizan de una superficie a otra. Se considera que conlleva más riesgo en su ejecución ya que implica un cambio de plano y de superficie de apoyo y porque existe un momento en el que paciente y profesional se encuentran sin apoyo lo que puede dar lugar a una lesión más grave como es la caída accidental del paciente al suelo; de ahí la importancia de una adecuada adaptación del medio en que éstas tienen lugar.
La movilización y transferencia de personas con movilidad reducida o con cualquier otro trastorno del movimiento, son actividades que están muy presentes en el sector hospitalario, geriátrico, centros de día… y que suponen una carga física considerable para el fisioterapeuta que en el caso de no estar entrenado para ello pueden provocarle importantes lesiones musculo-esqueléticas.
Éstas son un conjunto de lesiones inflamatorias o degenerativas de músculos, tendones, ligamentos, nervios y articulaciones que se localizan principalmente en cuello, hombros, codos, muñecas, manos y columna vertebral siendo los diagnósticos más comunes las tendinitis, tenosinovitis, síndrome del túnel carpiano, mialgias, contracturas, artrosis y, sobre todo, las raquialgias.
Es el dolor de espalda por consiguiente, el principal trastorno por el que se ve afectado el personal sanitario; a menudo tiene su origen en la realización de levantamientos incorrectos, cargas excesivas, adopción de posturas inadecuadas tanto al realizar las movilizaciones como al desempeñar tareas estáticas, tratándose, por tanto, de una acumulación de micro-traumatismos que han pasado desapercibidos y a los que conviene darles toda la importancia que merece por sus implicaciones en la salud del profesional.
CAMBIO POSTURAL: Se definen como la variación en la posición del paciente en cama, para evitar las complicaciones de la falta de movilidad: Las posiciones más frecuentes utilizadas para los cambios posturales son: el decúbito supino y lateral izquierdo y derecho.
COMPLICACIONES
- Atrofia muscular (pérdida de fuerza).
- Disminución del tono muscular.
- Contracturas...
- MOVER HACIA UN LADO DE LA CAMA
- Nos colocaremos en el lado de la cama hacia el cual se va a trasladar al paciente. Colocaremos un brazo debajo del hombro del paciente, sujetándolo sobre la axila opuesta. Colocaremos el otro brazo por debajo de la cadera, desplazándolo hacia la otra cadera y así lo movilizaremos con cuidado y suavidad hacia la posición deseada.
- Se colocará una pequeña almohada bajo la cabeza del paciente, dejando el brazo del decúbito correspondiente en posición anatómica correcta y cómoda para el paciente. El otro brazo se apoyará en una almohada doblada fuera del cuerpo, procurando una cierta elevación de la mano para favorecer la circulación de retorno.
- La pierna del decúbito permanecerá en extensión o ligeramente flexionada hacia atrás y relajada.
- La pierna superior se coloca en flexión por delante de la otra, apoyándola en una almohada y dejando el talón libre.
- Se colocará una almohada en la espalda del paciente para mantener la alineación de la columna y la posición de decúbito lateral, teniendo en cuenta que debe quedar libre el sacro del paciente.
- Comprobar la correcta colocación del pabellón auricular
- MOVER HACIA LA CABECERA DE LA CAMA
- Coméntele al paciente lo que está haciendo.
- Si puede, eleve la cama a un nivel que reduzca el estrés en su espalda.
- Deje la cama plana.
- Voltee al paciente hacia un lado; luego, coloque una sábana deslizante o de halar enrollada a la mitad contra su espalda.
- Voltee al paciente sobre la sábana y extiéndala por debajo de él.
- Verifique que la cabeza, los hombros y las caderas estén sobre la sábana.
- Agarrar la sábana deslizante o de halar en su respectivo lado de la cama.
- Poner un pie hacia adelante cuando se preparan para mover al paciente.
- A la cuenta de tres, deben mover al paciente halando la sábana hacia la cabecera de la cama.
- Es posible que necesite hacer esto más de una vez para lograr que la persona quede en la posición correcta.
Si el paciente puede ayudarle, solicítele que:
- Lleve la barbilla hacia el pecho y doble las rodillas. Los talones del paciente deben permanecer sobre la cama.
- Procure que el paciente se empuje con los talones mientras usted lo hala hacia arriba.
- DECUBITO LATERAL
- Se coloca al paciente en el lateral de la cama contrario al lado del decúbito que se pretende. Una vez lateralizado, tirando de la entremetida por uno de los lados, se gira al paciente hacia el lateral requerido. Para mantener al paciente en esta posición:
- Se colocará una pequeña almohada bajo la cabeza del paciente, dejando el brazo del decúbito correspondiente en posición anatómica correcta y cómoda para el paciente. El otro brazo se apoyará en una almohada doblada fuera del cuerpo, procurando una cierta elevación de la mano para favorecer la circulación de retorno
- La pierna del decúbito permanecerá en extensión o ligeramente flexionada hacia atrás y relajada.
- La pierna superior se coloca en flexión por delante de la otra, apoyándola en una almohada y dejando el talón libre.
- Se colocará una almohada en la espalda del paciente para mantener la alineación de la columna y la posición de decúbito lateral, teniendo en cuenta que debe quedar libre el sacro del paciente.
- Comprobar la correcta colocación del pabellón auricular.
- Colocar una pequeña almohada bajo la cabeza lateralizada y vigilando la colocación del pabellón auricular.
- Otra almohada se pone a nivel de tórax-epigastrio, comprobando en el caso de las mujeres, que no presione las mamas.
- Otra en la parte baja del abdomen, evitando la presión sobre crestas iliacas.
- Una almohada bajo los muslos. Entre la almohada del abdomen y la de los muslos hay que vigilar la posición de la sonda vesical y en el caso de los hombres, de los genitales.
- Hay que evitar el roce de las rodillas y que apoyen en el colchón.
- Por último se pondrá otra almohada en la parte distal de la pierna, sacándola entre los pies, de tal manera que no choquen los maléolos entre sí y dejando los pies con un ángulo de 90º y sin que las puntas de los pies rocen en la cama.
- Los brazos se pueden colocar hacia atrás o hacia delante, según la comodidad o la situación del paciente.
- SEDESTACION AL BORDE DE LA CAMA :
- Sitúa a la persona en decúbito lateral
- Sube el cabezal de la cama, si es
- posible
- Sitúate con una pierna más adelantada que la otra. Pasa un brazo por debajo de los hombros y el otro por detrás de las rodilla.
- Gira utilizando tu cuerpo para incorporar a la persona encamada
- LEVANTARSE :
- La persona debe estar en el borde de la cama y tú delante
- Junta tus rodillas con las suyas (o sólo una en el lado más afectado, según el caso) para bloqueárselas y darle un punto de apoyo
- Pasa tus brazos por su espalda y pídele que te abrace para que transfiera su peso hacia delante y te facilite el movimiento
- Inclínate hacia atrás y levántate, manteniendo el contacto de las rodillas
- TRANSFERENCIA DEL PACIENTE DE LA CAMA A LA SILLA DE RUEDAS
- Se elevará la cama y se frenará.
- Tendremos la silla o sillón convenientemente preparado, paralelo a la cama. Si es una si e ruedas deberá de estar frenada. Si es lla d un sillón se cubrirá con una sábana o similar.
- Se desplaza al paciente al borde de la cama en la que se dejará sentado. Para esto, se introduce un brazo por debajo del hombro del paciente y el otro pasando por encima del cuerpo, bajo los muslos, haciendo movimientos rotatorios, dejando que se deslicen las piernas hacia abajo y levantando el tórax.
- Para ponerlo de pie se le sujetará con las dos manos por debajo del tórax, fijándole sus rodillas con las nuestras
- Si el paciente puede, colocará las manos sobre nuestros hombros
- Se hará un movimiento rotatorio de espalda a la silla sentando al paciente lentamente
- Una vez en la silla, los pies deberán de estar planos sobre el suelo o apoya pies
- Las rodillas y las caderas estarán en ángulo recto, liberando hueco poplíteo
- Los glúteos firmemente apoyados hacia el respaldo de la silla. Cabeza, hombros y tronco rectos
- Se mantendrán los brazos apoyados. Si la silla no tuviera apoya-brazos o fuera mas ancha, se cubrirá esta deficiencia con unas almohadas a los lados.
- Si es necesario se colocarán rollos en las manos
- Si no tiene respaldo adecuado o queda bajo se deberá corregir con una almohada
- PASO DE LA SILLA AL INODORO.
- Se coloca la silla frenada junto al inodoro, quitando el apoyabrazos más cercano al váter.
- Nos situamos delante de la persona con las piernas dobladas y la espalda recta.
- Colocamos un pie más adelantado, protegiendo la pierna del enfermo más cercana al inodoro, y el otro pie más atrasado.
- Colocamos nuestros brazos bajo los suyos, dejando una mano a la altura de su hombro, y la otra en la parte baja de su espalda.
- Le indicaremos que ponga sus brazos encima de nuestros hombros.
- El cuidador debe desplazar el peso de su cuerpo hacia atrás para despegar a la persona de la silla.
- Una vez las nalgas de la persona asistida se hayan levantado, procederemos a desabrochar el pantalón o subir la falda bajándole la ropa interior.
- Giramos sobre la punta de nuestros pies para orientar a la persona asistida hacia el asiento del inodoro, asegurándonos de que quede bien sentado en el váter.
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